![]()
DESCRICIÓN El bueno de don Bepo, ventrílocuo, se siente viejo y cansado. Coge a Ruperto, su muñeco, y se retira a su pueblo. Una vez allí...¿para qué le vale ya Ruperto? Y va y lo planta en mitad de la huerta, como espantapájaros. Al menos, que aleje a esos condenados gorriones que se están comiendo la cosecha. Pero...ya, ya... ¡Bueno es Ruperto para estarse quieto! Y se lanza a correr mundo, a buscar aventuras... |